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NOTICIA - Tecnología

01/08/2022

¿A qué edad debería tener tu hijo su primer móvil?

Junto con la edad del menor, los padres deben valorar si el niño, por su madurez, carácter, aficiones y educación digital, está preparado para tener su propio smartphone y conocer con qué fines lo va a usar.

¿A qué edad le compro a mi hijo su primer teléfono móvil? ¿Para qué? ¿Le limito el tiempo de uso? Llega un momento en que nuestro hijo nos pide su primer móvil y como padres hemos de afrontar estas dudas. El crecimiento y la generalización del mundo digital ha hecho, además, que niños y niñas reclamen además su propio dispositivo a una edad cada vez más temprana.

Algunos expertos señalan que la edad en que los niños deberían disponer de su propio móvil debería retrasarse lo máximo posible, mientras que otros optan por adelantarlo para favorecer su educación digital y que puedan aprovechar las ventajas y beneficios de estos dispositivos. En cualquier caso, hay cierto consenso en que los 12 años, cuando comienzan la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), es la edad mínima orientativa a la que podemos facilitarles ese primer teléfono móvil.

De hecho, la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE) evidencia que esa es la edad en que se generalizada la posesión del móvil entre los adolescentes. Actualmente, casi 7 de cada 10 niños en España tienen su propio teléfono, aunque con grandes diferencias según la edad. Por ejemplo, solo el 21,6% de los niños de 10 niños disponen de uno, porcentaje que se eleva al 67,5% en los de 12 años y al 96,3% para los niños de 15 años.

Tan importante o más que la edad a la que decidamos que nuestro hijo puede tener su teléfono móvil es saber si está preparado para ello, para qué lo quiere, cómo lo va a usar y el tipo de dispositivo que le regalaremos.

¿Está preparado para tener un móvil propio?

Muchos padres pueden verse impulsados a regalar ese primer móvil a su hijo por presión social. No es raro que nuestro hijo nos diga que quiere ya un teléfono porque todos sus amigos ya lo tienen. Lo que tenemos que valorar, en primer lugar, es si está preparado para ello. La madurez del niño, su carácter (¿es introvertido o extrovertido?), sus intereses y aficiones (¿es activo o más bien sedentario?), su relación previa con otros dispositivos como videoconsolas y ordenadores, además de las necesidades, convicciones y posibilidades de la familia son un buen punto de partida para llegar a esa respuesta.

¿Para qué lo va a usar?

Coincidiendo con la adolescencia, nuestros hijos empiezan a pasar más tiempos solos, a tener la necesidad de quedar con sus amigos y compañeros de colegio y salir a la calle sin la compañía de sus padres. Por eso, es frecuente dar a nuestros hijos su primer teléfono con el fin de mantener la comunicación y contacto telefónico con ellos y tenerlos localizados. También es posible que se le dé su primer móvil para que pueda comunicarse de forma más ágil con sus amigos. Quizá, por otro lado, el niño lo quiera para ver vídeos, acceder a redes sociales como Instagram y Tiktok o conectarse a plataformas de streaming.

Es fundamental mantener una conversación fluida con el niño y conocer sus necesidades y propósito para, por ejemplo, adaptar el tipo y tiempo de uso que hará de él. Por ejemplo, en el caso de que lo quiera para acceder a vídeos y otros contenidos en internet, siempre podemos ir permitiéndole ese acceso de forma progresiva mediante aplicaciones de control parental, mientras que en el caso de las redes sociales la edad recomendada para crear una cuenta ya no son los 12 años, sino, en algunos casos, los 16.

Control parental: ¿qué puede y no puede hacer con su móvil?

Uno de los principales temores de los padres ante la decisión de dar un móvil a su hijo son los riesgos como la posibilidad que se abre al menor de acceder a contenido inadecuado, como pornografía y contenido violento, el ciberacoso y el riesgo de acceder a redes sociales y plataformas en las que muchas personas se aprovechan de la inocencia de los menores para contactar con ellos.

En este sentido, resulta imprescindible que, en primer lugar, los padres mantengan la comunicación con ellos y les eduquen en un buen uso del móvil y, por otro lado, supervisen el uso que los menores hacen del móvil, lo cual no tiene por qué implicar un control y vigilancia de sus comunicaciones, y les vayan concediendo un acceso gradual a internet y sus posibilidades. Para ello, una opción es darles un móvil con funciones limitadas en lugar de un smartphone completo.

¿Le limito el tiempo de uso?

Tanto los teléfonos móviles como los videojuegos y otros dispositivos y contenidos digitales pueden generar un alto grado de adicción en sus usuarios, también los niños. Un uso excesivo del móvil y sin control puede afectar al tiempo y calidad del sueño del menor, a su rendimiento escolar, a su carácter y a sus relaciones sociales. En este sentido, y más allá de fijar horarios rígidos, los padres, a través de la comunicación y el ejemplo, deben inculcar en ellos un uso responsable del móvil.