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NOTICIA - Tendencias

11/01/2022

Las viviendas eficientes permiten ahorrar hasta un 90% en el consumo de energía

Renovar las ventanas, aislar paredes, suelo y techo, sustituir los electrodomésticos más viejos y mejorar la iluminación y el sistema de calefacción permiten reducir el impacto medioambiental de nuestros hogares y reducir la factura energética.

El impacto del coste de la energía en la economía familiar es una preocupación creciente para los ciudadanos. Esto, junto con la mayor concienciación medioambiental, está llevando a las familias a tratar de que sus hogares sean cada vez más eficientes desde un punto de vista energético. Se trate de la construcción de una vivienda nueva o de hacer reformas en la actual, es posible llegar a ahorrar hasta un 90% en la factura energética gracias a una serie de mejoras en nuestro piso o nuestra casa, según la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP). 

Darse duchas cortas en lugar de baños, cerrar el grifo al cepillarse los dientes y apagar las luces en aquellas habitaciones donde no sea necesario mantenerlas encendidas son algunos consejos tradicionales que siguen siendo válidos hoy en día, pero insuficientes para contar con un hogar realmente eficiente. La eficiencia energética es más que reducir el consumo de agua y electricidad: se basa además en aprovechar al máximo la que se usa. Esto implica una serie de mejoras y reformas en la vivienda que conllevan ciertos costes, pero para las que existen subvenciones públicas y, además, son amortizables en el medio plazo.

  1. Aislamiento térmico. Una vivienda mal aislada se convierte en un derroche de energía, ya que en invierno necesita más calefacción para mantener una temperatura adecuada y en verano más aire acondicionado. Por tanto, una de las primeras acciones de cara a contar con un hogar eficiente consiste en comprobar el aislamiento de suelo, techo, paredes y ventanas del hogar y comprobar posibles puntos de fuga de la energía. Además, al tiempo se se mejora el aislamiento, es importante mantener unos buenos hábitos como cerrar las puertas y ventanas para evitar la salida del calor.
  2. Renovación de ventanas. Una de las cosas a tener en cuenta para garantizar un buen aislamiento de la vivienda es contar con ventanas adecuadas, por ejemplo de doble cristal y materiales como PVC y madera. Este tipo de ventanas permite eliminar las corrientes de aire y reducir la condensación de agua y la formación de escarcha, además de ser buenos aislantes acústicos. Si esta renovación no entre dentro del presupuesto con el que se dispone, también es posible controlar posibles corrientes de aire en las ventanas usando productos sencillos y económicos como burletes.
  3. Iluminación. Si vamos a adquirir una vivienda nueva, es importante fijarse en su orientación y, en la medida de los posible, elegir aquella que permita aprovechar más la luz natural. En cualquier caso, resulta imprescindible ir sustituyendo o cambiar de una vez todas las bombillas antiguas por Cambiar las bombillas tradicionales por unas de bajo consumo o LED con alta eficiencia energética; son más caras, pero duran más y consumen menos, con lo cual su coste de amortiza. Por último, gracias a la domótica se puede automatizar el uso de la iluminación en el hogar, ya que permite encender y apagar las luces de forma remota o solo ante la presencia humana y graduar la intensidad de la luz en cada estancia y momento, entre otras cosas. Además, la automatización de la iluminación del hogar no requiere ninguna obra, simplemente la instalación de sensores y controladores que funcionan a través de una conexión wifi.
  4. Uso de electrodomésticos eficientes. Los electrodomésticos suponen la mayor parte del consumo energético de nuestra vivienda. Renovando los más antiguos por unos con una calificación energética más eficiente podremos ahorrar energía, y por tanto en la factura de la luz y el agua, y reducir el impacto ambiental derivado de su uso. Los electrodomésticos se clasifican, según su eficiencia energética, de la letra A+++, la mejor, a la D, la peor.

Es posible medir la eficiencia energética de una vivienda mediante un informe técnico que se plasmará en un certificado que clasificará el hogar en una escala de letras y colores desde la A y el verde, para aquellas viviendas más eficientes, hasta la D y el rojo para las menos eficientes desde un punto de vista energético. Este certificado es obligatorio desde 2013 para alquilar o vender una propiedad.